Lo que me cabrea II: La gente que solo mete excusas.




Sí, en realidad creo que eso únicamente no me molesta a mí sino a todos; típico, ves a un amigo por la calle y lo primero que le dices es: Hola, ¿Qué hubo? Cuando vamos a tomar unas cervezas. –Y el muy infeliz te dirá: Ya pues, ¿qué tal este fin de semana? –Te irás sonriente creyendo que el fin de semana podrás tomarte tus cervezas, sin embargo llegará ese día y lo llamarás, a lo que el dirá: Este… no puedo, hoy quedé con salir con mi mamá y no me había acordado. Bueno, una excusa válida, hasta que por terceros te enteras de que el muy perezoso solo pasó echado como lobo marino en su cama sin nada que hacer (no son referencias al autor de este blog, por si acaso).

El caso es que desde que existen las excusas se acabaron los tontos; pero más grave que las excusas son las frases que te dejan en el limbo, cosas como: ¿Me darás los dibujos hoy? –Si, te los paso dentro de dos horas. [Dos horas después]. Te los paso dentro de un rato. [Al siguiente día]. ¿Tienes los dibujos? Sí, espera te los paso ya mismo. [En la noche]. Este hijo de su madre se desconectó. [Poner cara de enojo aquí].

Es decir, cuesta tanto decir: ¿NO PUEDO, NO QUIERO o NO ME DA LA GANA? En realidad es tan difícil articular esas palabras. Es más fácil que te digan eso y saber que no cuentas con alguien a hacerte ilusiones de que tendrás algo cuando no es así. Y ahí es cuando le preguntas el porqué no dijo nada y lloverán excusas. Que mi papá está enfermo, que ando detrás de una chica que no me para bola, que la abuelita de Tarzán en tanga; en fin, muchísimas cosas solo para “quedar bien” cuando lo único que provocan es quedar en un total ridículo.

En fin, gente, ¿para qué meten excusas? Digan simplemente “no puedo”, “no quiero”, “no debo” y ahorren a la persona a la que quieren justificarse un dolor de cabeza. En fin, eso me cabrea, pero el mundo sigue dando vueltas y la gente seguirá metiendo excusas tontas.

COMPLEJO DE BREAKING DAWN O LO QUE CREPÚSCULO: AMANECER NOS ENSEÑA.


¡Oh Edward, te amo tanto, hazme el amor! –Literalmente es lo que declara Bella a lo largo de las páginas de este libro que de por sí es una patada directa al (bueno ya saben que va aquí), sobre todo si eres hombre, a más de las ya muy comentadas estupideces que desprenden sus páginas, mal elaboradas vale decir; sin duda lo que nos enseña el último libro de la saga, mismo que lo presté y lo leí por mero deporte.

Breaking Dawn bien podría darle el nombre a un síndrome muy común en la adolescencia; la auto dependencia a alguien, o más bien enamorarse de un sentimiento que más bien vendría a ser algo volátil. Ya he declarado mucho antes que el amor es algo que se da más bien por el tiempo, cuando nos adentramos a conocer y apreciar a una persona por lo que en realidad es, más no por lo que nos causa a la primera impresión. Cosa que no ocurre en ninguno de los libros de la saga crepúsculo. Empezando porque manejan una línea temporal irreconocible, luego porque Bella desde el primer momento queda flechada a Edward sin siquiera saber de donde viene, cuales son sus gustos. Es más, en todos los libros nos reflejan una relación demasiado absurda y aburrida. Creo que lo más interesante es ver como en el segundo Edward se aleja provocando que, de manera casi igual de enfermiza, Bella se fije en el único tipo que “le tira los perros”, Jacob, para luego llegar a los extremos de querer quitarse la vida.

Simplemente una visión un tanto retorcida e inmadura, mal de parte de su autora pues no es ninguna jovencita que se diga; más bien, siempre se sabe que un libro refleja los deseos de su autor, su forma de pensar y demás cosas, lo que nos puede decir que Meyer se fija más bien en la billetera que en cualquier otra cosa; y que no venga ninguna púbera a decirme que no es así cuando textualmente Edward exclama que Alice nunca les deja ponerse la misma ropa 2 veces.

Pues para ti, niñita adolescente que cree que eso es literatura, aprende primero de los grandes antes de fijarte en los chicos, y con eso me refiero a que leas verdadera literatura antes de pretender que el mundo es como lo lees en crepúsculo. Aquí es donde entro al tema. El síndrome de Breaking Dawn, para mí se basa en ese mal pensar que una relación debe ser siempre color rosa y perfecta, que el sexo se basa en golpes de partes de un vampiro que bien podría romperle la columna a alguien, que aparte que tiene erecciones sin siquiera tener sangre en su cuerpo, y aparte de eso deja embarazada a una chica. ¡Qué logro! Un vampiro que puede eyacular con su miembro totalmente flácido, que no mata a su amante o por lo menos destroza su pelvis a causa de la fuerza tal que aplica en la relación, misma que rompe la cama, y que para colmo solo le deja unos cuantos moretones. Es que más estúpido el libro no puede ser, faltando a cualquier principio de humildad y biología, enseñándole a la juventud que tienes que ir irresponsablemente detrás de cualquier persona que en un principio te llame la atención sin siquiera fijarte en tus verdaderos sentimientos, para que después, cuando te rompan el corazón, puedas sufrir lo suficiente sabiendo que el mundo es cruel y no es como lo ves en crepúsculo. Entonces nacen de nuevo esas ganas de volver a tener un momento de gloria como en los libros, es ahí cuando vuelves y te metes con cualquier persona que te pase por el camino, cualquier Jacob, para luego dejarlo y jugar con muchas personas, hasta que llegue alguien que verdaderamente te haga daño y te obligue a madurar.

La realidad está muy alejada de Twilight y su mundo de vampiros brillantes que se enamoran. Incluso Harry Potter dejaba alguna enseñanza sobre compañerismo y seguir tus sueños hasta el final aún cuando todo parezca un rotundo fracaso, pero esto, lo único que nos enseña es a que tenemos que ser dependientes de alguien para estar bien. Deja de comportarte como Bella, una estúpida niña engreída que cree que el amor de su vida aparecerá sobre un caballo, o será un vampiro que está lleno de escarcha, o un hombre lobo con muchos esteroides. Cuando madures y crezcas te darás cuenta que la vida está llena de desilusiones, que quizá tu primera vez será un asco o que quizá no te enamores de alguien que cambie su ropa cada día, ni su familia sea multimillonaria, sino de alguien que te sepa dar algo que ni tu sabes que es.

Queda claro que estoy en contra de literatura tan perjudicial como crepúsculo, y que quisiera ver a Stephany Meyer en la calle por ganar fama de algo que de por si es una soberbia estupidez. Dejen el trauma de Breaking Dawn, porque la vida es totalmente diferente… Y sin sangre créeme, nunca podrás quedar embarazada.

=)!

¿Qué pasaría si muero?


>>Esperaba hablar de Halloween pero este tema es mucho mejor.<<

Hace poco, viendo una serie, me pregunté aquello que está redactado en el título: ¿Qué pasaría si muero? Y es que esta pregunta es muy difícil de resolver, además es muy general. ¿Qué pasaría en la vida de las personas que aprecio? ¿Me apreciarán al punto de sentir mi ausencia? ¿Qué hay más allá? ¿A quién encontraré? ¿En realidad sabré que he muerto?

Y es que ya es algo que lo han dicho ciento de veces… “Hay que vivir la vida como si fuera tu último día”, pero a esto yo le agrego: “tampoco hay que desperdiciarla como si no hubiera un mañana”. El vivir, creo yo, es más que un conjunto de momentos felices; se trata de emociones, sean cuales sean; es un conjunto de anécdotas y moralejas que acumulamos a medida que nuestros días se van descontando. Y es que parecería que el tiempo es eterno, pero lo tenemos limitado, el tiempo nace contigo y muere contigo, por ello es totalmente falso que nacemos y morimos solos.

Detrás de la muerte hay una cortina oscura sobre la cual solo podemos especular. La vida es como ese foco que ilumina tu habitación, si se quema simplemente habrá penumbra, solo tú sabrás lo que ocurre, el resto solo podrá imaginárselo. Además, algo que sí nadie puede negar es que cuando uno muere enfrenta de cara a la soledad, y no solo es para la persona que fallece, aquellas que se quedan en la tierra también lo sentirán; el saber que no habrá otro buenos días, ni otras bromas, ni más enojos con aquella persona. El no volver a ver su rostro sonreír, el saber que quizá lo necesitas y no estará. La soledad nos hace cara cuando morimos, y también le hace cara al resto de personas para las cuales nosotros fuimos algo más que un ser viviente.

Entonces quizá la muerte es la mejor forma de probar para quienes somos importantes, aunque es una ironía al saber que aún así nosotros no lo podremos averiguar, o ¿quién sabe?, quizá haya algo después de ella, quizá cuando morimos lanzamos el tiempo para atrás y comenzamos a vivir al revés, renacemos como ancianos y volvemos a ver a todos pero esta vez no nos verán envejecer, sino más bien rejuvenecer hasta volver al mismo instante del éxtasis que nos dio la vida.

Pero me he alejado del tema principal, ¿qué pasaría? O mejor dicho, ¿qué pasará? Pues el mundo no se detiene, ¿o sí? No lo creo, el mundo avanza y uno tiene que avanzar con el mundo, por lo menos aquellos que quedan en él. La muerte quizá es aquella meta en la que todos algún rato llegamos, algunos más pronto que otros, algunos con honores, otros no tanto. Si muriera creo que lo que menos quisiera es que me recordasen con tristeza y en ese momento se lamentasen de no haberme dicho algo, o de no haber expresado quizá lo que en ese momento puedan sentir. Creo que la muerte es casi siempre utilizada para demostrar que es nuestra naturaleza muchas veces ser hipócritas. ¿Por qué muchas veces esperamos a que llegue para recién ahí declarar todo el aprecio por determinado ser? No es justo, porque quizá aquella persona ya no nos pueda oír. Si muriera creo que me gustaría que se alegrasen por las cosas que me dijeron, por los momentos que fueron y no por los momentos que no serán. La vida es mortalmente corta y nuestro tiempo demasiado limitado; pero aún así hay que entender que no todo es llegar a la cima, no todo es tener lo que más se pueda, de cualquier forma una vez que nos alcance ya no disfrutaremos nada. Creo que la vida se trata de acumular la mayor cantidad de momentos agradables, de acumular la mayor cantidad de veces en las que nos hemos levantado de una derrota, de no acumular la mayor cantidad de amigos, sino la mayor cantidad de cariño aunque este provenga de muy pocos. La vida no se trata de el resto y de como te miren los demás; la vida se trata de como eres tú, de como luchas contra el mundo. La vida se trata de llegar al final y saber, un segundo antes de que mueras, que todo valió la pena. Pues hoy puedes tener poder, dinero, miles de placeres; pero, ¿en realidad tienes amor? ¿En realidad has vivido?

Si muero se y estoy plenamente seguro de que pasará algo… No me habré arrepentido de haber vivido, pues aún cuando mi vida no sea la más exuberante, ha sido feliz, tranquila, llena de vivencias y experiencias que me han marcado y hecho madurar, llena de cariños que quizá nunca aprecié y amores que quizá no me apreciaron; llena de derrotas transformadas en triunfos.

Recuerda que la vida es como el tiempo, nace y muere contigo. Aprecia a quienes tienes a tu lado y siempre diles lo que sientes, quizá así nunca te arrepientas de tu silencio.

A mis amigos, este post es para ustedes; a mis lectores igual; a mi amor también. Y también a quienes me aprecien.

Ps. No espero morirme ni nada por el estilo, solo que es bueno reflexionar de vez en cuando.


Primera semana de clases. Juramentos, promesas, metas, objetivos, y demás cosas que casi nunca cumplimos.


 

Bueno, retomo el blog hasta poder terminar el site del escritor bloqueado, y lo haré con un tema que está en boca de casi todos los que cursamos actualmente la universidad, es que aquí en Ecuador ya empezó la primera semana de clases y es normal que esta venga acompañada de muchas ilusiones, de buenos augurios, y demás tonterías que en realidad no son más que el producto de las vacaciones y los berrinches que en ella hicimos cuando estuvimos a punto de quedarnos y justo ahí se nos ocurre ya recurrir a la ayuda divina. Es una verdad suprema que cuando estamos por quedarnos nos encomendamos a todos los santos habidos y por haber (incluso si no eres católico), hacemos promesas como: “Diosito si paso te juro que el próximo semestre me esforzaré para no estar de nuevo en esta situación –Pero, ¿tú no eras ateo?, -Cállate, Diosito no lo escuches…”.

En fin, salimos de vacaciones habiendo milagrosamente pasado todas las materias (incluso si no), y lo primero que hacemos es echarnos a la cama y dormir unas 14 horas al día, ver televisión, chatear, aprovechar para ir al cine. Entonces llega la semana de inscripción y sabes que están a punto de terminar, empiezas a engordar, te olvidas de cómo utilizar el bolígrafo, hasta te olvidas de todo lo que aprendiste en el semestre, es ahí cuando dices: “Apenas empiece el semestre volveré al gimnasio, pasaré cálculo/física/álgebra/teoría electromagnética/[INSERTE AQUÍ ALGUNA MATERIA EN LA QUE USTED SEPA PASARÁ CON 60 O DE SEGURO REPETIRÁ]  con 100, me dedicaré más a estudiar, ya es hora de ponerme las pilas, quiero salir rápido de la u”.

Entonces llegó el día en el que te toca registrarte, ¿qué haces? Como aún estás de vacaciones no sientes presión, entonces ves tus materias disponibles y dices: Veamos, tengo física cuántica, cálculo multidimensional, teoría electromagnética en el espacio no conocido, algebra aplicada a la física nuclear y a los números irracionales en un espacio de infinitas proporciones, físico-bio-química aplicada a organismos unicelulares incapaces de estudiar, cálculo muy maldito tanto que si la tomas de seguro morirás, inglés y repostería. Entonces dices: “Están muy malditas las materias, pero que va, el primer parcial es todo, aseguro las malditas y las más suaves las paso en el segundo.”.

Las semanas pasan rápido, te escribes con tus amigos y empiezan las preguntas: ¿Cuántas tomaste?; con orgullo, si es tu caso, dirás: Ocho materias. Entonces, si es tu amigo aquel que se quedó en las mismas materias que tú acabas de tomar, te dirá: Piénsalo bien, son muy malditas esas de ahí. Entonces tú dirás: Nada, el primer parcial es todo. Luego empezarán las preguntas sobre los profesores. Tú, como ya has descansado lo suficiente, dirás: Pues, no quiero que me pase lo del semestre anterior que ese profesor no enseñaba nada, voy a coger la materia con Satanás de las Malditas Matemáticas, y con Tevoy Adejar Asiestudies, para que me hagan estudiar full y aprenda algo. Tu amigo, que ya pasó por algo similar te dirá: Loco mejor coge con Corazón Demadre, con ella pasas facilito. Tú, orgulloso de seguro responderás: Para nada loco, esa mujer no enseña nada. Tu amigo insistirá: Pero con ella pasas. Pero no le harás caso.

Entonces pasarán los días y la tan ansiada semana llegará. Te levantarás perezoso porque, al haber tomado 8 materias, tendrás clases de sol a sol. Al llegar a la universidad serás recibido por los tres mil millones de ejercicios para el siguiente día que te dejó Satanás de las Malditas Matemáticas sobre el teorema de como medir el campo eléctrico provocado por una hormiga que se metió en un interruptor en una casa en algún lugar de Guayaquil, mismo que un ejercicio te ocupará 5 cuadernos y medio; y para colmo mismo que de seguro será tema de examen. Luego pasarás el día sin entenderle nada a Tevoy Adejar Asiestudies, aunque comprenderás porque solo hay 3 personas en el aula. Pasarás el día sin comer porque tu horario no te da tiempo. Para luego llegar a tu casa y que tu mamá te reclame porque al haberte levantado tan temprano para ir a la universidad, no arreglaste tu cuarto. Tratarás de tirarte a la cama para recordar que tienes tareas, misma que terminarás a las 4 am, para de inmediato continuar con la siguiente, a las 7 am volverás a la universidad solo para darte cuenta que con un día de clases no puedes. Entonces te saldrás del salón, irás al lugar más cercano donde puedas anular el registro y te quedarás con 4 materias.

A mediados del semestre notarás que te caíste en tu primer examen, habiendo conseguido apenas 55 puntos sobre 100, que tu única buena nota es repostería con 70, que no estudiaste nada y te la pasaste de fiesta con tus amigos. Entonces dirás algo que ya es muy clásico en cualquier estudiante: El segundo parcial es todo, con fe que se puede.

Algunas exageraciones, lo admito, pero así es como la mayoría empezamos el semestre, con ilusiones, promesas y demás cosas; recuerden que todo requiere de esfuerzo, no descuidemos nada y lograremos llegar a un segundo parcial y decir: Nada, en esa ya estoy pasado, que para cualquiera es una alegría.

Suerte, recomienden y pronto el site. =)!!!



Lo que me cabrea: Lo cursi.



Hoy decidí estrenar una nueva sección en el blog ya que pronto me pondré a trabajar en el web-site del “escritor bloqueado” y como novedad habrán varias secciones para que sea más fácil encontrar lo que uno quiera, aparte hago, por como quinta vez, una invitación para toda persona que quiera participar en este sitio, exponiendo sus ideas, sean cuales sean, debatiendo, grabando video blogs, etc.

¡Vaya! Como introducción podré decir que todos, absolutamente todos, hemos o tendremos alguna vez en la vida una época cursi; el problema es que antes esto se vivía de manera mucho más reservada. Con el estallido de las redes sociales, y la vanidad propia de estas, notamos que cada día es más común que todo el mundo exprese lo que siente a través de estas, y si estás en una época cursi esto podría resultar algo muy molesto, quizá no para ti ni para tu pareja, sino más bien para los contactos que te tienen agregado.

Es que reconocer a un cursi es tan fácil, solo lee su muro en Facebook, o revisa sus últimos post en Twitter y notarás que, en un intervalo característico que varía de entre una o dos horas a cada 10 o 20 segundos, habrá escrito cosas como: “Eres lo más mágico que me ha pasado en mi vida”, y Dios sabe que esto es por ser amable, habrá quienes escriban cosas como: “Te amo, eres lo máximo que me ha pasado amor, quiero tenerte solo para mí, te adoro mi vida eres muy especial, te quiero, no aguanto estar sin ti, te extraño.”, y así otras muchas declaraciones de amor, pero ahora quiero saber algo, ¿por qué hacerlo? Es decir, ¿qué sacas con que el resto sepa que quieres a alguien? ¿Qué tiene querer a alguien? O sea, yo tengo a alguien especial, esa persona sabe cuánto me gusta (aparte que fue quien me enseñó a dejar lo cursi a un lado), y cuando tengo oportunidad me gusta decírselo solo a esa persona, a nadie más, y si el resto se entera o no ¡qué diablos! A poca gente le interesará si estoy bien o mal con esta persona, e incluso eso, quienes me conocen saben si algún día me pongo bien o mal, no por mis estados de facebook, sino más bien por las conversaciones que llego a tener con ellos; es que una cosa es declarar tu amor a esa persona, otra muy distinta es querer decirle al mundo: “Mírenme, estoy feliz”. Por último quizá sería conveniente a tus amistades cercanas, pero ¿por qué facebook?

Ahora, de vez en cuando es chévere leer algo lindo, cuando el caso lo amerite, pero no cada veinte o treinta segundos; la verdad llega a cansar y a hostigar a la pareja el hecho de que le estén diciendo a cada instante cosas muy pero muy trilladas, ¿por qué? Pues eso solo demuestra inseguridad; es decir, si quieres a alguien es conveniente que esta persona lo sepa, pero, ¿para qué repetirte varias veces lo mismo?

Tal como una vez leí, las palabras se las lleva el viento, lo cursi también, con el tiempo te cansas de lo mismo y ya no sabes que decir, no sorprendes y mucho menos varías respecto a lo que ya has hecho, todo se vuelve monótono.

Y es que es más lindo un te quiero, en un momento especial, donde puedas notar la reacción de la otra persona, cuando la puedas abrazar y besar, a mil post en el facebook donde a lo mucho obtendrás un: “Gracias mi vida” y ya, se perderá la magia que conlleva el hecho de que estés con alguien y quieras demostrárselo, ya que no estarás aportando absolutamente nada nuevo a la relación.

Aparte, me molesta los estados de Facebook y Twitter porque siempre suelen llegar a ser contradictorios si se termina con esta persona, pues de la noche a la mañana cambiarán por otros estados que también los detesto, los estados ultra-melancólicos casi depresivos; pero en fin, es lo que me molesta a mí, ¿qué les cabrea a ustedes?