Lo que me cabrea: Lo cursi.



Hoy decidí estrenar una nueva sección en el blog ya que pronto me pondré a trabajar en el web-site del “escritor bloqueado” y como novedad habrán varias secciones para que sea más fácil encontrar lo que uno quiera, aparte hago, por como quinta vez, una invitación para toda persona que quiera participar en este sitio, exponiendo sus ideas, sean cuales sean, debatiendo, grabando video blogs, etc.

¡Vaya! Como introducción podré decir que todos, absolutamente todos, hemos o tendremos alguna vez en la vida una época cursi; el problema es que antes esto se vivía de manera mucho más reservada. Con el estallido de las redes sociales, y la vanidad propia de estas, notamos que cada día es más común que todo el mundo exprese lo que siente a través de estas, y si estás en una época cursi esto podría resultar algo muy molesto, quizá no para ti ni para tu pareja, sino más bien para los contactos que te tienen agregado.

Es que reconocer a un cursi es tan fácil, solo lee su muro en Facebook, o revisa sus últimos post en Twitter y notarás que, en un intervalo característico que varía de entre una o dos horas a cada 10 o 20 segundos, habrá escrito cosas como: “Eres lo más mágico que me ha pasado en mi vida”, y Dios sabe que esto es por ser amable, habrá quienes escriban cosas como: “Te amo, eres lo máximo que me ha pasado amor, quiero tenerte solo para mí, te adoro mi vida eres muy especial, te quiero, no aguanto estar sin ti, te extraño.”, y así otras muchas declaraciones de amor, pero ahora quiero saber algo, ¿por qué hacerlo? Es decir, ¿qué sacas con que el resto sepa que quieres a alguien? ¿Qué tiene querer a alguien? O sea, yo tengo a alguien especial, esa persona sabe cuánto me gusta (aparte que fue quien me enseñó a dejar lo cursi a un lado), y cuando tengo oportunidad me gusta decírselo solo a esa persona, a nadie más, y si el resto se entera o no ¡qué diablos! A poca gente le interesará si estoy bien o mal con esta persona, e incluso eso, quienes me conocen saben si algún día me pongo bien o mal, no por mis estados de facebook, sino más bien por las conversaciones que llego a tener con ellos; es que una cosa es declarar tu amor a esa persona, otra muy distinta es querer decirle al mundo: “Mírenme, estoy feliz”. Por último quizá sería conveniente a tus amistades cercanas, pero ¿por qué facebook?

Ahora, de vez en cuando es chévere leer algo lindo, cuando el caso lo amerite, pero no cada veinte o treinta segundos; la verdad llega a cansar y a hostigar a la pareja el hecho de que le estén diciendo a cada instante cosas muy pero muy trilladas, ¿por qué? Pues eso solo demuestra inseguridad; es decir, si quieres a alguien es conveniente que esta persona lo sepa, pero, ¿para qué repetirte varias veces lo mismo?

Tal como una vez leí, las palabras se las lleva el viento, lo cursi también, con el tiempo te cansas de lo mismo y ya no sabes que decir, no sorprendes y mucho menos varías respecto a lo que ya has hecho, todo se vuelve monótono.

Y es que es más lindo un te quiero, en un momento especial, donde puedas notar la reacción de la otra persona, cuando la puedas abrazar y besar, a mil post en el facebook donde a lo mucho obtendrás un: “Gracias mi vida” y ya, se perderá la magia que conlleva el hecho de que estés con alguien y quieras demostrárselo, ya que no estarás aportando absolutamente nada nuevo a la relación.

Aparte, me molesta los estados de Facebook y Twitter porque siempre suelen llegar a ser contradictorios si se termina con esta persona, pues de la noche a la mañana cambiarán por otros estados que también los detesto, los estados ultra-melancólicos casi depresivos; pero en fin, es lo que me molesta a mí, ¿qué les cabrea a ustedes?